La enfermedad me consumía..
Noté que no me era fácil mantenerme en pie, ni podía moverme siquiera.
Me arrastré hacia el espejo, y me sorprendió observar mi demacrada apariencia, sentí como mi alma se deshacía en pequeños trozos.
Parecía una anciana, me sentía tan débil, tan.. triste.
Inmediatamente acerqué mis manos hacia mi rostro, mi piel parecía estar intacta, como siempre.
Pero el reflejo enfrente de mi me mostraba una persona cansada, encorbada por la edad.
Quise llamar a la enfermera, pero no era capaz de emitir algún sonido, mi voz parecía haber desaparecido.
No tenia forma alguna de comunicarme y toda aquella faena empezaba a desesperarme, no sabia con exactitud como terminaría todo eso, el dolor me lastimaba..
Sentí no poder soportar aquello un minuto más y creí morir.
Pero después noté que comenzaba a recobrar mis fuerzas, las suficientes como para salir de ahí.
Pude escapar, salí por la ventana y corrí tan rápido como mi cuerpo me fue capaz.
Seguí corriendo durante varios minutos, hasta encontrarme dentro de un bosque, y ahí, con una diminuta criatura.
-¡Oh! hermosa hada, guiame hacia mi destino- le dije.
-Me es difícil mostrarte el camino, me pareces incapaz de entender- me respondió.
-Es que, no sé dónde he dejado mi alma.. me he olvidado de quien soy. Por favor ¡Intèntalo!.
-De acuerdo. Sigueme..
Me llevo hacia el horizonte.
Escalé la montaña hasta la punta,y ahí, en lo más alto.. Respiré profundo, y me lancè hacia el vacío.
Dónde pude apreciar el halo que recubre la Luna, el verdadero color del aura de mis pensamientos.
viernes, 22 de agosto de 2008
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